El aislamiento sensorial es una práctica que lleva en uso varias décadas con distintos fines: Algunos hacen uso de este para la meditación y autodescubrimiento, otros lo usan como tortura. Se sabe que causa respuestas en el cerebro, como el deterioro temporal de la percepción e inteligencia, susceptibilidad o alucinaciones incluso en personas sanas.
El aislamiento sensorial o privación sensorial es suprimir la percepción de determinados estímulos a un sujeto. Puede ser parcial —impidiendo solo ver y escuchar, por ejemplo— o total, o puede ser experimental o real —como es el caso de personas ciegas o sordas—. En la privación sensorial experimental a sujetos que no padecen ningún tipo de privación sensorial real, es muy común encontrar casos en los que se reportan alucinaciones.
En un estudio publicado en Psychological Bulletin (1964), se tomaron 19 voluntarios sanos y se les situó en una habitación a oscuras a prueba de sonido durante 15 minutos. Tras esto, se les sometió a un test que mide las experiencias de psicosis, y 5 de estos 19 voluntarios declararon haber visto alucinaciones de caras, 6 ver caras o figuras que no se encontraban allí, cuatro notaron un olor y dos una “presencia malvada” en la habitación. [1]
Sin embargo, las personas que padecen esquizofrenia, parecen tener menos alucinaciones comparados con sujetos no psicóticos. Se cree que esto puede ser debido a que los sujetos no psicóticos reciben un gran estímulo sensorial día a día, y al encontrarse en una situación en la que no se obtiene, el cerebro tiende a crearlos, haciendo así que estas personas presenten alucinaciones.
La aparición de estas alucinaciones han tenido lugar en periodos prolongados de aislamiento sensorial, pero hay pocas pruebas de que estas puedan presentarse en un periodo de tiempo corto o si depende del sujeto. A pesar de esto se ha podido ver que, en individuos propensos a alucinaciones, estos periodos cortos bajo aislamiento sensorial llegan a provocar un aumento de estas. Aunque a esto se le debe añadir que el medir lo propensa que es una persona a las alucinaciones presenta una gran dificultad. [2]
Entonces, existe una relación entre esquizofrénico/no-psicótico y entre propenso/no-propenso: Las personas esquizofrénicas presentan menos alucinaciones que las no psicóticas en largos periodos de aislamiento sensorial, pero las personas no propensas a alucinaciones, no las presentaron en un periodo corto, a diferencia de los que sí son propensos.
Un estudio mostró también que los sujetos que se encontraban bajo los efectos de la fenciclidina (Abreviada como PCP. Droga disociativa usada como anestésico, el cual presenta efectos alucinógenos y neurotóxicos. Es una droga que se puede tomar bajo prescripción médica) mostraban una menor incidencia de alucinaciones en comparación a aquellos que no la tomaron. [2]
Otro estudio fue realizado con 36 estudiantes universitarios, los cuales se sometieron a una hora de aislamiento sensorial mientras se mantenían inmóviles y llevaban gafas traslúcidas. La mitad se mantuvieron echados y la otra mitad en pie. Las alucinaciones bajo privación sensorial eran mucho más comunes en los sujetos que se encontraban echados. Esto se interpreta en que la posición horizontal, relacionada con dormir, provocaba alucinaciones que serían análogas a los sueños. [3]
Un problema que poseen los experimentos realizados para poder observar la respuesta en forma de alucinaciones frente al aislamiento sensorial es la calidad de este. No es lo mismo practicar esta privación sensorial utilizando una habitación sin iluminación alguna y con paredes que aislen de todo sonido, que utilizar unas gafas opacas y tratar de suprimir el sonido, por ejemplo, con unos tapones. En este primer caso, si se encuentra alguna respuesta es claro que se trata de una alucinación, pero en el segundo caso es posible que una pequeña cantidad de estímulo (luz o sonido) pase la barrera artificial. Con esa pequeña cantidad de estímulo la percepción podría alterarse y hacer de esta una ilusión. Las alucinaciones son una distorsión de la realidad percibida (por ejemplo, una pila de ropa en la noche que parece tomar una forma antropomórfica), pero una alucinación toma lugar cuando lo que el cerebro percibe no corresponde de ninguna manera a la realidad. [4]
A continuación, se expondrá una tabla en la que se mostrarán los resultados obtenidos por varios experimentos. Antes de esto, hay que entender algunos conceptos: RVS (Reported visual sensations, en español sensación visual comunicado), RAS (Reported auditory sensation, en español sensación auditiva comunicada); respecto a las condiciones de luz D (oscuridad), DL (luz difusa) y SL (luz tenue); respecto a las condiciones de sonido SD (sonido atenuado) y N (ruido constante); respecto al momento en el que se reportaron las sensaciones R (durante el aislamiento), PI (entrevista post-aislamiento), PQ (cuestionario post-experimento). [4]
Tomando los resultados de estos 5 experimentos realizados en la década de los 60, se pueden obtener las siguientes conclusiones:
Las alucinaciones visuales son mucho más frecuentes que las auditivas, pero estas resultan ser más frecuentes en un entorno con ruido constante, pero al ser estos casos los que cuentan en las condiciones de sonido con N (Ruido constante), es posible que no se trataran de alucinaciones, si no de ilusiones.
Es considerable la diferencia de porcentaje de sensaciones reportadas según aumenta el tiempo, siendo así en los casos de 1 y 2 horas todas menores al 50%, pero aumentando considerablemente según se sometían durante más horas, indicando que la duración de la privación sensorial es importante en la aparición de alucinaciones.
La posición influye considerablemente en el porcentaje de sensaciones reportadas, tomamos el experimento 1 (Culver) y 4 (Zuvkerman & Hopkins) como ejemplo de esto. Ambos son un caso de un experimento con una duración baja, 2 y 1 hora respectivamente. Se debe tener en consideración que el experimento 1 se realizaba en silla, y el 4 en cama. Las sensaciones reportadas son mucho más altas en el experimento 4 (1 hora, en cama) que en el experimento 1 (2 horas, en silla). Esto confirma que la posición en la que se realiza el aislamiento sensorial es importante, posiblemente por la relación de la posición de estar en cama con la de dormir.
Teniendo en cuenta el sexo de los sujetos, los reportes fueron más frecuentes en mujeres que en hombres. Tomando de nuevo los dos experimentos anteriores (1.Culver y 4.Zuvkerman & Hopkins), los cuales comparten bastantes rasgos en común (mismas condiciones de luz y sonido, número cercano de sujetos, tiempo bajo y momento del reporte). En este los RVS son del 45% (4.) y 17% (1.), una diferencia de 28%, y los RAS son del 36% (4.) y 0% (1.). Este aumento de porcentaje puede deberse a, mínimo, 2 causas: Estos experimentos se realizaron en la década de los 60, por lo que la misoginia podía ser un factor a tomar en cuenta, ya que es posible que trataran de dar esta imagen de susceptibilidad; o bien el cerebro de la mujer presenta mayor sensibilidad a los estímulos, por lo que la carencia de estos desemboca en una mayor probabilidad en la creación de estos sustitutos.
Las alucinaciones están directamente relacionadas con la percepción y el manejo de la información que recibe el sistema nervioso. Otro de los puntos en los que se ha experimentado con la privación sensorial es la respuesta no inmediata del sujeto tras someterse a este, es decir, en las horas o días siguientes. Se sabe que la privación sensorial tiene efectos en otras capacidades del sujeto, como mejoramiento de la sensibilidad visual, además de cambios en la conducta y el comportamiento, aumentando así la susceptibilidad del sujeto. Por esto, el aislamiento sensorial también fue usado en China como método de “lavado de cerebro”. Esto se debe a que al hacer a los sujetos susceptibles, es sencillo introducir o retirar ciertas ideas. [6]
Aunque se ha nombrado el intento de “lavado de cerebro”, otro ejemplo del uso del aislamiento sensorial es tratar fobias.[6]
Se realizó un experimento (Suedfeld y Buchanan, 1974) en el que se tomaban 30 mujeres con gran rechazo a las serpientes. Un grupo de 10 mujeres se sometió a privación sensorial durante 3 horas antes de ser mostradas imágenes de serpientes que pasaban de menos a más realistas; a las otras 20 mujeres se les mostraron estas imágenes sin haber sido sometidas a privación sensorial. Tras este proceso, los sujetos que se sometieron a privación sensorial mostraron un nivel inferior de miedo, llegando a poder encontrarse cerca de una Boa constrictor real. [5]
Se volvió a realizar este experimento en el que se modificaba un comportamiento (Suedfeld, Landon, Pargament y Epstein, 1972), en este caso el hábito de fumar. Se tomaron 40 fumadores, los cuales se sometieron a un periodo de 24 horas de privación sensorial, tras la cual se les mostró un mensaje en el cual se incitaba a dejar de fumar. Tres meses se vieron los resultados, y es que los que antes eran fumadores habían dejado este hábito o lo habían reducido considerablemente. [7]
La causa de que el comportamiento de la persona pueda ser modificado puede ser que el no recibir estímulo, los próximos que se muestran tengan mucho más peso, ya que se encuentra una necesidad de información y estímulo. Esto demuestra que la privación sensorial tiene también efectos en el cerebro que puede modificar comportamientos y opiniones. Esto puede usarse tanto para el “lavado de cerebro”, es decir, borrar ideas o cambiar el comportamiento en beneficio de otros, o bien como una tratamiento que podría compaginarse con terapia psicológica para la mejora de calidad de vida de personas con fobias, adicciones, etc. [6]
Lo que se puede deducir tomando todos estos datos en consideración, es que la privación sensorial provoca una serie de cambios en la respuesta del sistema nervioso, haciéndole mucho más sensible al próximo estímulo recibido tras el periodo de privación sensorial y con la posibilidad de crear su propio estímulo mediante alucinaciones.
Webgrafía y bibliografía
https://en.wikipedia.org/wiki/Sensory_deprivation
https://es.wikipedia.org/wiki/Fenciclidina
https://www.journal.sipsych.org/index.php/IJP/article/view/595
[1] Marvin Zuckerman & Nathan Cohen (1964). Sources of Reports of Visual Auditory Sensations in perceptual-isolation experiments https://psycnet.apa.org/record/1965-00540-001
[2] Mason, Oliver J. DPhil, DClinPsy; Brady, Francesca BSc, MSc The Psychotomimetic Effects of Short-Term Sensory Deprivation, The Journal of Nervous and Mental Disease: October 2009 - Volume 197 - Issue 10 - p 783-785. doi: 10.1097/NMD.0b013e3181b9760b The Psychotomimetic Effects of Short-Term Sensory... : The Journal of Nervous and Mental Disease
[3] Solomon, P., & Mendelson, J. (1962). Hallucinations in sensory deprivation. https://doi.org/10.2466%2Fpms.1965.20.1.19
[4] Jackson, C. W. (1969). Sensory deprivation: Fifteen years of research. Ardent Media. https://books.google.es/books?hl=es&lr=&id=1tBZauKc4GUC&oi=fnd&pg=PA3&dq=sensory+deprivation&ots=KsHZm4t1ii&sig=6rXVt3lnf6u3q5E4mpA4HOuOk2A#v=onepage&q=sensory%20deprivation&f=false
[5] Suedfeld, P., & Buchanan, E. (1974). Sensory deprivation and autocontrolled aversive stimulation in the reduction of snake avoidance. Canadian Journal of Behavioural Science / Revue canadienne des sciences du comportement, 6(2), 105–111. https://doi.org/10.1037/h0081860
[6] Suedfeld, P. (1977). La utilización de la deprivación sensorial en el cambio de actitudes. Revista Latinoamericana de Psicología, 9(3), 489-494. https://www.redalyc.org/pdf/805/80590311.pdf
[7] Peter Suedfeld, P. Bruce Landon, Richard Pargament & Yakov M. Epstein (1972) An Experimental Attack on Smoking (Attitude Manipulation in Restricted Environments, III), International Journal of the Addictions, 7:4, 721-733, https://doi.org/10.3109/10826087209028124
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